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La primacía del Cuerpo, no la primacía de la Percepción

Por Eugene Gendlin. Cómo el cuerpo conoce la situación y la filosofía.

“The primacy of the body, not the primacy of perception: How the body know the situation and philosophy”. [Extracto de las páginas 343-353, ligeramente revisado]. Man and World, 25(3-4), 341-353, (1992).

Por Eugene Gendlin.

Traducción: Luis Robles Campos (*)

La primacía de la percepción lleva a un problema tradicional. La percepción inherentemente involucra un dato, claro o difuso, algo que existe para alguien, le pasa a alguien, o está presenta ante alguien. La percepción señala un ser-para. Si se empieza con la percepción, entonces la interacción parece consistir en dos preceptos individuales.

El precepto es una especie de pantalla dividida. Eso no es un error. La pantalla dividida yace en la naturaleza misma de la percepción. Hay un error sólo al comenzar con ésta. La percepción es tener un dato. Así que no puede ser la forma básica de la vida. La planta es una interacción directa con su ambiente, sin un dato perceptual enfrente de sí. Su cuerpo no existe primero y sólo entonces interactúa. Más bien, su crecimiento y sus procesos de vida consisten en interacción ambiental. Y nuestros cuerpos también consisten en tales procesos de interacción ambiental. Seguramente, este tipo de interacción es previa a tener presente un dato perceptual.

Cuando la filosofía considera la percepción, no resulta de ayuda porque considerar al precepto  como algo presentado, un objeto constituido entre el cuerpo y el ambiente. Por supuesto, uno sabe que los preceptos no existen a solas, ellos presuponen un cuerpo; no flotan a solas primero. Pero si se comienza considerando la percepción, el precepto se pone a sí mismo primero y aparta al que percibe, pone a quien percibe detrás del precepto, y se limita al cuerpo sólo como un mero perceptor.

Me gustaría mostrar cuán realmente irregular es esta manera común de proceder. Un precepto en realidad existe sólo como algo presentado ante, o viniendo dentro, o viniendo hacia. Existe sólo para alguien. Y aún se presenta a sí mismo como si pudiera ser una cosa que existe por si sola, incluso cuando uno sabe plenamente que no es así. Eso está en la naturaleza misma de la percepción; el algo presentado, algo sucediendo a alguien.

La percepción aparta “al alguien”, situándolo en segundo lugar, entendiéndolo sólo detrás de lo que ya es un percepto. Una vez que se toma el precepto como lo que parece ser, entonces éste no puede agregar mucho más. Tradicionalmente el perceptor no agregaba casi nada, sólo la posesión-de, la conciencia-de, sólo la percepción del-precepto, la captación “de” algo acerca de éste.

La construcción científica del universo consiste en preceptos y modelos-de-preceptos presentados ante nosotros. Reduce a los humanos y a los animales como algo presentado en un espacio ante nosotros (o ante alguien). Pero nosotros no somos lo presentado; nosotros somos a quien se le presenta. El “a quien”, que es inherente a cualquier cosa presentada, no puede ser un dato percibido. Así que nosotros los humanos no podemos encontrarnos a nosotros mismos dentro del cuadro científico, ya que éste consiste en preceptos presentados. Nosotros parecemos ser sólo los perceptores-de o los constructores-del cuadro, como si estuviéramos fuera del universo; como el perceptor que no forma parte del precepto.

Al empezar con la percepción, la filosofía hace que parezca que las cosas vivientes están en contacto con la realidad sólo a través de los sentidos de la percepción. Pero las plantas están en contacto con la realidad. Ellas son interacciones, sin tener percepción en absoluto. Nuestros propios cuerpos vivientes también son interacciones con sus ambientes, y eso no está perdido sólo por que también tenemos percepción. Al contrario, para nosotros eso funciona de muchas maneras adicionales. Los cuerpos-animales – incluyendo el nuestro – se sienten a si mismos, y por lo tanto sentimos la vida interaccional que somos. Al sentirnos a nosotros mismos, nuestros cuerpos sienten nuestro ambiente físico y nuestras situaciones humanas. La percepción de colores, olores, y sonidos, son sólo una pequeña parte de esto.

Nuestros cuerpos se sienten a si mismos viviendo en nuestras situaciones. Nuestros cuerpos hacen nuestro vivir. Nuestros cuerpos son interacciones en el ambiente; ellos interactúan como cuerpos, no sólo a través de los cinco sentidos. Nuestros cuerpos no acechan en aislamiento detrás de las cinco mirillas de la percepción.

Lo que la palabra “percepción” denota usualmente no incluye cómo el cuerpo viviente consiste en interacciones con el mundo. La “percepción” usualmente es algo que aparece ante o para un cuerpo. 

Pero el cuerpo también es una interacción en eso que respira, no sólo en eso que siente el frío del aire. Se alimenta; no sólo ve y huele la comida. Crece y suda. Camina; no sólo percibe la dura resistencia de la tierra. Y camina no sólo como un desplazamiento entre dos puntos en un espacio vacío, sino más bien para ir a alguna parte. El cuerpo se da cuenta de la situación entera, e implica, insta, forma nuestra próxima acción implícitamente. Se siente a si mismo viviendo en su contexto entero, la situación.

Nosotros actuamos en cada situación, no sólo en base a los colores y olores (ni tampoco en base a los cinco sentidos cruzados entre sí), ni simplemente por movimientos en el espacio geométrico. Más bien, actuamos desde el sentido corporal de cada situación. Sin el sentido corporal de la situación no sabríamos donde estamos o lo que estamos haciendo.

La intencionalidad interaccional del cuerpo no debe entenderse sólo como algo latente, sólo como el trabajo previo de un cuerpo pre-lingüístico y pre-cultural. Más bien, la intencionalidad interaccional del cuerpo debe entenderse siempre presente en nosotros, ahora. Al sentirse a sí mismo, el cuerpo funciona como nuestro sentido de cada situación. Sería una omisión gigantesca perder este papel del cuerpo auto-sintiente, e intentar constituir el mundo sólo con los preceptos de los cinco sentidos.

No tenemos ninguna dificultad para contestar a aquellos que piensan que no podemos hablar de nada previo al lenguaje. Por supuesto, hay diferencias culturales una vez que hay lenguaje. No estamos interesamos por un cuerpo sin el lenguaje. Es más bien por cómo funciona el cuerpo ahora, aún de un modo mucho más amplio que el lenguaje, que podemos mostrar su prioridad y su primacía. Estas son las funciones siempre presentes del cuerpo con y después del lenguaje. Entonces también puede ser obvio que el cuerpo funciona crucialmente de maneras trans-históricas. Pero no se trata de los cinco sentidos, sino de la interacción del cuerpo sintiente que asume el lenguaje y la historia – y que luego, siempre continúa excediéndolos. 

Permítame mostrar esto.

 Merleau-Ponty (1945) dice que sentimos el espacio detrás de nuestras espaldas. Por favor, note por un momento que esto es verdad; usted puede darse cuenta del espacio que está detrás de su espalda.

¿Puede llamarse a eso “percepción”? No es visión, audición, o tacto, tampoco es sólo la unión de los cinco sentidos. Es más bien un sentido corporal directo que usted tiene y usa todo el tiempo

Usted siente detrás de sí no sólo el espacio, ni simplemente el espacio lleno con cosas visibles. Usted siente detrás de si a las personas a quienes podría volverse y hablar. Esas personas son parte de su situación justo ahora, y usted se da cuenta de ellas como parte de su sentido de la situación en que usted está. Usted puede sentir cómo su sensación corporal presente de paz cambiaría si decide darse la vuelta ahora y decirle algo fuerte a esas personas. Lo que no quiere hacer también está incluido en la sensación de la situación presente, la cual tiene ahora – de una manera corporal.

Suponga que usted está caminando a casa por la noche, y usted se da cuenta que un grupo de hombres le siguen. Usted no tan sólo los percibe. Tampoco los oye allí simplemente, en el espacio detrás de usted. Su sentido-corporal incluye también, de forma instantánea, su esperanza de que quizás ellos no lo estén siguiendo, también su alarma y muchas experiencias pasadas – demasiadas como para identificarlas por separado – y ciertamente también la necesidad de hacer algo, ya sea caminar más rápidamente, cambiar su rumbo, refugiarse en una casa, prepararse para pelear, correr, gritar, (…..)[1].

Los puntos suspensivos entre paréntesis (…..) expresan el hecho que su sentido-corporal incluye más de lo podemos nombrar, más de lo que usted puede pensar pensando una cosa a la vez. E incluye no sólo lo que está ahí. También implica el próximo movimiento para enfrentar la situación. Pero esta implicación de su próximo movimiento todavía es un (…..), ya que su movimiento real no ha ocurrido todavía.

Ya que incluye todo esto, el (…..) no es sólo una percepción, aunque ciertamente, incluye muchas percepciones. ¿Es entonces un sentimiento? Es ciertamente sentido, pero normalmente “sentimiento” significa emoción. El (…..) incluye las emociones, pero también mucho más que eso. ¿Es entonces algo misterioso y poco familiar? No, siempre tenemos tal sentido-corporal de nuestras situaciones. Usted lo tiene ahora, o estaría desorientado acerca de dónde está y lo que está haciendo.

¿No es extraño que ninguna palabra o frase en nuestro lenguaje exprese esto aún? “Kinestésico” se refiere sólo al movimiento, “propioceptivo” se refiere a los músculos. “Sensación” tiene muchos usos. Así que no hay ninguna palabra común para este absolutamente familiar sentido corporal de la complejidad de nuestras situaciones, que acompaña a la rápida sensación de más alternativas de las que podemos pensar separadamente. En psicoterapia, ahora la llamamos una “sensación sentida”. Esta frase puede expresar el (…..), pero sólo si trae el (…..) junto con ella.

Note que un (…..) es implícitamente intrincado de manera que es más de lo que ya se ha formado o distinguido. En mi ejemplo, incluye muchas movimientos alternativos, pero más aún: el (…..) implica un próximo movimiento – demanda insta, es la implicación de un próximo movimiento, pero después de, y con todo eso incluido, ese movimiento aún no se ha formado.

El (…..) es interacción. Es la manera del cuerpo de vivir su situación. Su situación y usted no son dos cosas, como si las cosas externas fueran una situación separada de usted. Tampoco su sentido corporal está separado de la situación y es meramente interno. Ciertamente, no es sólo una reacción emocional al peligro. Es eso, pero también incluye más acerca de la complejidad de su situación de la que usted puede ver o puede pensar. Su (…..) corporal es su situación. No es un objeto percibido ante usted o incluso detrás usted. El sentido-corporal es la situación, inherentemente una interacción, no una mezcla de dos cosas.

¿Se podría argumentar que el (…..) es meramente indeterminadoYo defiendo que ese (…..) no es totalmente indeterminado. Más bien, es más determinado que cualquier cosa que ya se haya formado. Usted puede ver esto porque el próximo movimiento, cuando viene, habrá tomado en cuenta más de lo que cualquier cosa formada puede traer. Usted puede ver que esta función corporal es más que sólo las alternativas contradictorias. Si sólo ellas estuvieran allí, no podrían estar juntas – se anularían mutuamente. Pero su cuerpo puede tenerlas juntas, y lo que es más, las tiene cargadas e interrelacionadas como posibles próximos movimientos. Si usted pelea, hay demasiadas de ellas; si usted grita podría ser atacado inmediatamente; si usted corre, ellos lo harán; si entra en un edificio, ellos vendrán en detrás de usted; si usted…. Usted no tiene tiempo para pensar cada posible movimiento por separado, pero ellos están funcionando implícitamente en su (…..) corporalmente sentido, el cual opera para determinar su movimiento real.

El (…..) es más determinado que todas las generalizaciones que usted pueda afirmar. Las alternativas no son opciones que yacen una al lado de la otra; más bien ellas (y las otras implícitas) se ENTRECRUZAN para aportar su detalle interno en su movimiento que vendrá.

Por supuesto esta formación no es ideal. No hay ningún “todo” exhaustivo como si el cuerpo llevara todas las posibilidades. Después usted podría pensar en algo que debería haber sopesado y no lo hizo. Mi punto es sólo que un (…..) está lejos de lo indeterminado. Más bien, mucho más entra a determinar un próximo movimiento, cuando uno se mueve desde tal (…..) corporal. Un (…..) es más determinando que algo ya formado.

¿Debería usted “confiar” en eso, como a menudo se aconseja, en lugar de analizar la situación? No, no “en lugar de”. Usted querría todo el pensamiento explícito que pueda manejar. Pero ciertamente, aun cuando tenga tiempo, usted no querría proceder sin el más que es el (…..). Por ejemplo, suponga acerca de los movimientos, usted puede pensar que él único esperanzador sería dar la vuelta a la esquina y rápidamente entrar a un edificio, pero suponga que esta idea le da un sentimiento apretado en su cuerpo. Suponga que usted no puede deducir por qué se siente de esa forma. ¿Debería intentarlo? Yo diría que no. Espere un momento; algo mejor podría venir, u otra posibilidad lo hará.

Suponga ahora que usted no está solo sino con una compañera que tiene mucha experiencia en las calles de barrios peligrosos, quizás su trabajo durante muchos años involucró protegerse a si misma en las calles por la noche. Ahora suponga que usted sugiere dar vuelta la esquina y entrar en una casa, pero la idea hace que el cuerpo de ella se sienta intensamente intranquilo – pero suponga que ella no puede pensar por qué. ¿Querría usted ignorar ese (…..)?

Después, ella puede pensar que alguna experiencia pasada estaba implícita en el (…..). Quizás ella una vez estuvo atrapada entre una puerta de entrada abierta y una puerta interna que estaba cerrada. Pero el (…..) no se limita totalmente a la información vieja ya formada. Usted puede ver que es más, porque después y con mucho más de lo que es viejo, el (…..) corporal puede implicar y generar algo nuevo.

Desde las formas contradictorias por sí solas sólo se puede conseguir indeterminación. Pero el cuerpo animal funciona también después de y con todas las elaboraciones humanas. Vive las alternativas más allá y puede formar algo nuevo. Cuando por fin usted hace su movimiento, bien puede ser algo que usted nunca oyó.

Un artista está de pie ante un cuadro inacabado, evaluándolo, viéndolo, sintiéndolo corporalmente, teniendo un (…..). Suponga que el (…..) del artista tiene algo de insatisfacción. ¿Es eso una reacción emocional, simplemente un tono-sentimental? De hecho, no. En el (…..) está implícito el entrenamiento del artista, su experiencia con muchos diseños, y mucho más. Pero aún hay más: el (…..) es también la implicación de la próxima línea, la que no ha surgido todavía. El artista evalúa “lo que se que necesita”. Si necesita alguna línea, algún borrado, remover algo, algo… El artista prueba esto y lo otro, y algo más, y lo borra de nuevo cada vez. El (…..) es realmente demandante. Reconoce el fracaso de cada esfuerzo. Parece saber qué quiere precisamente y sabe que esos esfuerzos no lo son. En lugar de aceptar aquellos esfuerzos, un buen artista prefiere dejar un diseño inacabado, a veces durante años.

En este ejemplo, el diseño es nuevo; nunca ha existido antes, y no surge el próximo movimiento. Un (…..) corporal puede muy exigentemente implicar algo que nunca ha existido antes. Y, si no surge, puede que nunca exista en absoluto, excepto como implicado en un (…..). ¿Deberíamos pensar en esto como una intuición inexplicable? ¿O podemos pensar en el cuerpo viviente de tal modo que pudiera tener o ser tal información y tal exigente novedad?

El cuerpo insta e implica la exhalación después de que inhalamos. Implica el alimento cuando hay hambre, y la defecación cuando la digestión se ha hecho. Los cuerpos vivientes implican sus propios próximos pasos. Esta implicación y formación de próximos pasos normalmente se atribuye sólo a procesos repetitivos. Pero nosotros vemos que el cuerpo también asume las elaboraciones de situaciones bastante novedosas, y entonces también implica un próximo paso, y lo puede formar.

El cuerpo viviente es una interacción incesante con su ambiente; por lo tanto, obviamente, es información medioambiental. El (…..) corporal puede contener información que no es posible decir (o por lo menos no todavía). Pero ¿podemos concebir el cuerpo de modo que podríamos entender cómo puede contener (o ser) información? No se trata del uso habitual de la palabra “cuerpo”.

Merleau-Ponty rescató el cuerpo de ser considerado una cosa sentida más, como todas las otras cosas sentidas (como aún ocurre en la fisiología). Para él el cuerpo, sentido desde adentro, es una orientación interior-exterior centro de la percepción, no sólo algo percibido, sino algo que percibe.

Ese fue un paso muy grande en la filosofía. Ahora permítanos movernos un paso más allá. Hemos señalado que el cuerpo no es sólo un centro orientando de la percepción, tampoco sólo un centro de movimientos, sino también deacción y discurso en las situaciones.

Hasta ahora he intentado mostrar tres temas: 

  1. El cuerpo-sentido después del lenguaje moviéndose más allá del lenguaje. Es más que formado, es interaccional.
  2. Ahora abordaré sólo dos puntos más: pensando en el borde, 
  3. y el orden de la primacía.

3.1 Pensando en el borde.

¿Cómo es que tal (…..) corporal tiene toda esta información, más de lo que podemos pensar ítem por ítem, y también es capaz de tal novedad finamente ajustada? 

Según la concepción usual del cuerpo fisiológico, no podría hacer nada de eso. Pero ya que puede, permítanos intentar pensar en un cuerpo viviente de tal manera que pudiera ser información y novedad.

Si pensamos en el cuerpo viviente – no como un pedazo de maquinaria meramente percibida, tampoco como percibiendo, sino como interacción con su ambiente, el cuerpo ES información medioambiental.

Los cuerpos de los animales son complejas interacciones con sus ambientes. A partir de un hueso antiguo se puede reconstruir no sólo el animal entero, sino que también, a partir de su cuerpo, el tipo de ambiente en el que vivió. A partir del tipo de pie que tiene se puede inferir el tipo de terreno en el que se movió. Desde su cavidad estomacal se puede saber que comió y cazó. El cuerpo, incluso como una estructura muerta aún contiene toda esa información implícita sobre su ambiente. Cuando vive, su proceso-de-vida-corporal es mucha más información implícita. Y este cuerpo sintiente implica y genera el próximo movimiento del animal.

Mucho más surge ya desde el nacimiento que una mera tabula en blanco. El cuerpo llega ya implicando su ambiente muy intricadamente. El infante humano implica al pecho y la madre (Stem, 1985). Las percepciones entran en un ambiente ya implicado e intrincado en que los cinco sentidos ya están relacionados. Los infantes ya vienen con los buenos cuidados maternos ya implícitos, con la comunicación en marcha, y con la complejidad de la sintaxis ya en su lugar. Eso no necesita crearse primero a partir de las percepciones.

Por supuesto, no concebimos el cuerpo como si ya existiera antes y sin el lenguaje. Sino que ese primer cuerpo ya está funcionando ahora. Después de y con el lenguaje, implica y se mueve más allá del lenguaje.

Su cuerpo antes del lenguaje continúa viviendo también más allá del lenguaje ahora, mientras usted me escucha. Mientras usted oye mis palabras, usted no está pensando sus propias palabras. No obstante su cuerpo vivo retiene quién usted es, su pasado y todo lo que usted sabe. Lo que yo digo entra en todo eso.

Si nosotros entendemos el cuerpo como interacción ambiental no necesitamos limitarnos a nosotros mismos como animales sintientes. Las plantas, realmente sin percepción, son procesos corporales de vida en marcha. Ellas también implican sus propios próximos movimientos.

Al decir esto acerca de las plantas estoy usando esta concepción de nuestro cuerpo interaccional para desarrollar una concepción de cuerpos vivientes que podrían evolucionar en los nuestros. Para un planteamiento filosófico formulado de esto con nuevas términos, vea “Un Modelo Procesal”[2] (Gendlin, 1998).

Yendo ahora en otra dirección, 

esta concepción de los cuerpos vivientes (incluyendo las plantas) explicaría – si tal cuerpo se siente a sí mismo-, porque el sentido-corporal sería una inmensa cantidad de información ambiental – y porque, si viviera esta información profundamente, se podría mover de nuevas maneras. Y entonces, si tal cuerpo auto-sintiente pudiera también pensar, y pudiera usar su (…..) corporal en su pensamiento, pues bien, pensaría siempre después, con, pero con mucho más que formas conceptuales y del lenguaje. Este “mucho más” sería realista ya que sería la interacción medioambiental del cuerpo.

Todo el pensamiento involucra el (…..) corporal hasta cierto punto. Tome, por ejemplo, cualquier frase ordinaria. En medio de ella usted tiene un sentido inacabado de (…..). Usted no conoce el final de la frase, y aún cuando la va expresando, cuando la frase sigue su curso, permanece un (…..).

Ha parecido, recientemente, que no hay ningún lenguaje en el cual discutir qué es más que lenguaje. Ya que encontramos que aún funciona todo el rato mientras, por supuesto también funciona para permitirme hablar sobre su funcionamiento.

Y también es con tal (…..) que nosotros pensamos. Nos proponemos algún problema o alguna cadena de pensamiento. Hay esto, y eso, eso otro, y entonces si nos distraemos y perdemos contacto con el (…..), retomamos el sentimiento de aquello. Esto, y eso, eso otro, y ah… Ahí es cuando el nuevo pensamiento ocurre.

Pero no es un gran misterio. Debemos pensar con un (…..) en muchas situaciones a diario. Aun si la situación es ligeramente problemática, nos da una pausa. Conocemos las cosas rutinarias que podemos decir y hacer, pero el (…..), como el cuerpo está siendo la situación es más de lo que podemos pensar en conceptos y palabras. Así que mejor pensamos con el (…..), pensando con la forma que el cuerpo tiene, en la que vive, y la que es: la situación.

Así que no se trata que usted tenga sólo sus percepciones de mí, que nuestras percepciones de cada otro están entre nosotros. Más bien, nos afectamos mutuamente, corporal y situacionalmente, independiente de si lo sentimos, o lo vemos, o no. Mi calidez u hostilidad afectarán su incesante ser corporal percibiéndolo usted o no. Usted puede encontrarlo allí, si usted siente cómo su cuerpo tiene la situación.

El (…..) corporal es realista. Es la interacción, y ya que la interacción ya está sucediendo, por supuesto es una posible interacción en el mundo. Así que, por supuesto que podemos aprender algo sobre la realidad a partir de él. El (…..) siempre es realmente una interacción y por consiguiente correcta acerca de algo. Como la terapia muestra, puede ser principalmente (nunca completamente) una situación pasada. También puede ser realista sobre algo que vive recientemente y crea, algo que nunca había sido hecho antes. Así que entendemos cómo el cuerpo puede pensar más allá de cualquier cosa formulada antes – cómo siente en el borde del pensamiento humano.

Por eso yo animo a mis estudiantes a atender muy cuidadosamente a cualquier sensación de excitación, perplejidad, confusión o vaga incomodidad, que podría surgir cuando ellos leen y piensan. Lo que un organismo humano registra nunca es simplemente nada, nunca es un limbo indeterminado. Al principio parece ser simplemente autista. Pero el cuerpo ya es siempre interacción; no puede fallar en contener información implícita con y desde la cual podemos pensar. Cualquier humano que atiende un (…..) piensa en el límite del conocimiento humano. También requiere algunas habilidades conceptuales y filosóficas que no describiré aquí. Uno necesita al menos estar familiarizado con muchas estrategias teóricas y muchos movimientos tradicionales, para no adentrar en el (…..) sin ningún recurso.

Expresar algo en partes distinguibles, cambia el algo. Ponerlo afuera puede matarlo, pero no si mantenemos el (…..)completo con nosotros mientras pensamos. Entonces el ponerlo afuera puede llevar más allá el (…..), cambiándolo de una forma que le permite desarrollarse. Cuando pensamos profundamente de esta manera, también podemos encontrar y corregir errores. A partir de un (…..) hay más que un mero criterio lógico que nos permite saber qué movimiento lleva adelante, qué línea satisface el diseño inconcluso. Podemos decir que el poner un (…..) fuera, lo “desarrolla” en lugar de “matarlo”.

Nosotros sentimos qué continúa nuestra vida vegetal y animal, y lo que no. Sentimos qué próximo movimiento es absurdo, demasiado cómodo, culpablemente evitativo. Nosotros podemos sentir cuando lo que pensamos se está amontonado, internamente cerrado de tal modo que no podemos entrar. Sabemos cuando hemos tejido un delgado puente de lógica superficial sobre un problema que aún permanece.

Este criterio interior de llevar adelante un (…..) corporal, no asegura contra el error, pero muestra que hay error – y por consiguiente también verdad – al pensar desde más que una forma.

3.2 El orden.

Permítanos empezar con el cuerpo como ahora lo hemos re-concebido, en lugar del orden tradicional que empieza con la percepción, agregando relaciones o interacciones, y luego el lenguaje y el pensamiento. Yo niego ese viejo orden. Por ejemplo, Peirce llamó “primeras” a las sensaciones. Se asume que ellas son discretas como bits de color, olor, o tacto. Ellas son sólo lo que son. Examínelas tan profundamente como pueda, en el color hay colorido simplemente. Yo niego que esto sea “primero”. (Vea Moen, 1992, para una lectura de Peirce en la cual la “primeridad” -firstness- no es discreta).

Cuando se asume que la realidad tiene cosas discretas de fondo, entonces cualquier relación entre ellas debe ser una relación externa, traída a ellas. Nada dentro de un color o un olor insiste inherentemente en su estar relacionado a algún otro color u olor. No hay nada dentro de un color, excepto color. Para relacionar estos discretos, alguna fuerza o movimiento debe impactar sobre ellos. Peirce lo llamó la “segundidad” (secondness). Entonces, en tercer lugar vienen las relaciones del lenguaje, el pensamiento, y los universales, tipos, y formas conceptuales. Éstos deben flotar en nosotros desde una fuente inconcebible.

Este orden es el resultado de la discreción aparente y de la no-relacionabilidad de los datos de los sentidos de la percepción. Algo más complejo debe traerse a ellos, impuesto a ellos desde afuera. El empirismo depende de agregar nuestros procedimientos a la naturaleza, “torturando a la naturaleza”, como Bacon dijo. Usted debe siempre traer algo a las sensaciones porque ellas no tienen nada dentro de sí. Por consiguiente, Heidegger fue a las generalidades más externas para encontrar los determinantes últimos del pensamiento, sobre la cima de este orden externo. Por consiguiente, para Hegel y Derrida todo es distinciones.

Merleau-Ponty se mueve más allá de todo esto, pero su ‘primera carne” y “segunda carne” aún retienen algo del viejo orden de “primero y segundo”. 

Permítanos desechar ese antiguo orden por completo. Si se empieza con el cuerpo de la percepción, gran parte de la interacción y la complejidad tiene que ser añadido después. Las percepciones no son el fondo. Hay una complejidad corporal-interaccional implícita que está primero – y permanece con nosotros ahora. No es el cuerpo de la percepción que está elaborado por el lenguaje, más bien es el cuerpo del vivir interaccional en su ambiente. El lenguaje elabora cómo el cuerpo implica su situación y su próxima conducta. Nosotros sentimos nuestros cuerpos no como elaboradas percepciones sino como el sentido corporal de nuestras situaciones, el entero cuerpo interaccional por el que nos orientamos y sabemos porque estamos haciendo eso.

¿Qué dirá usted sobre todo esto? Probablemente no ha formulado mucho acerca de su respuesta a esto en palabras. Y aún su reacción ha estado acumulando todo esto mientras tanto. ¿Dónde? Aún cuando usted no tenga tiempo de ponerlo en pensamientos precisos, está ahí. ¿Si usted quisiera hablar ahora, dónde llevaría su atención para encontrar su comentario? Es un sentido-corporal – quizás de excitación, o quizás de incomodidad y discordia, y aún usted puede sentir que es internamente intrincado. Involucra su conocimiento acerca de la filosofía y mucho más. Es una implicación corporal de algún discurso o pensamiento. ¿Dónde encuentra eso? ¿Está implícito en patrones perceptuales externos? No. Pero si ahora usted atiende su sentido corporal, muchos pensamientos incipientes…

[1] Nota del Traductor: Esta expresión de cinco puntos suspensivos entre paréntesis (…..) representa la experiencia corporalmente sentida de significado implícito que contiene una amplia gama de posibilidades de pensamiento, sentimiento y acción. En el texto original, Gendlin había representado esto sólo con tres puntos suspensivos sin paréntesis “…”; por lo tanto, yo decidí cambiarlo por (…..) para que no se confundiera con una mera idea abierta o inconclusa.

[2] Nota del Traductor: Título original en inglés: “A Process Model”; obra aún no traducida al español.

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