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Reencuadre en la Comunicación

Reencuadrando la conversación hacia un encuace positivo.

Diez y Tapia (1999) plantean que el facilitador, en su intervención, utiliza dos formas de lenguaje, el afirmativo y el interrogativo.

Mediante el lenguaje afirmativo, el objetivo del facilitador es formular oraciones y preguntas que provoquen reflexión. Pero, como sugieren las teorías de la comunicación humana, el mensaje depende de su contenido verbal y de la comunicación analógica (cómo decimos lo que decimos). La reflexión es la oportunidad de salir de la posición que mantienen las partes y generar alternativas.

Los reencuadres son las intervenciones más relevantes que el facilitador puede utilizar con el lenguaje afirmativo.

REENCUADRAR
“Cambiar el propio marco conceptual o emocional, en el cual se experimenta una situación, y situarla dentro de otra estructura, que aborde los hechos correspondientes a la misma situación concreta igualmente bien o incluso mejor, cambiando así por completo el sentido de los mismos” (Watzlawick y col., 1976).

Díaz y Tapia (1999) proponen dividir los reencuadres en tres tipos:

– De los hechos o del contenido (reformulación).

– Del contexto o de la situación (recontextualización).

– De las personas involucradas (legitimación).

Reformulación

– Implica dar una nueva formulación, diferente de la dada por una o ambas partes. La nueva formulación no es más verdadera, pero permite continuar en un dialogo más positivo.

– Reencuadrar en un contexto nuevo y más adecuado.

– Las nuevas reformulaciones tendrán bases en los sistemas de creencias y experiencias que el facilitador ha observado que existen en la exploración previa, para no ser rechazados.

– Se puede reencuadrar generalizando experiencias que se presentan como particulares o a la inversa particularizando (situaciones que se presentan como generales).

Connotación positiva

La connotación positiva es un tipo de reformulación.

– Consiste en atribuir cualidades positivas a las cosas o emociones que se han formulado en negativo.

– Requiere que la consideración positiva tenga anclajes en la historia relatada anteriormente (importancia de la escucha) para evitar que se considere como irreal o falta de imparcialidad. Si no se considera con fundamento será rechazada.

– El facilitador tiene que estar convencido de lo que dice.

– Es un paso hacia la legitimación, referida a las posiciones o localizaciones positivas (se valora positiva la posición de cada parte).

– La connotación positiva puede empezar a ponerse en juego al iniciar el parafraseo.

– Es más fácil connotar positivamente una acción tratando de entender las intenciones que llevaron a su realización, indicando la intención positiva de estas.

– La connotación positiva es una reformulación (formular de otra manera) pero que posiciona (pone en posición) positivamente.

– La escuela de Milán de terapia familiar llevó esta técnica al extremo, realizando una connotación positiva total de la situación problemática con la “intervención paradójica”.

Recontextualización

La reformulación y la connotación positiva producen un efecto de reencuadre o recontextualización, pero existe una técnica específica que produce este efecto, trabajando específicamente sobre el contexto que meta califica los hechos.

Sabemos que si cambia el contexto, varía el significado de los hechos.

El contexto se puede modificar, ampliando, reduciendo el contexto, cambiando a otro, cambiando los valores.

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